'La mecánica de la historia'; performance/instalación de Yoann Bourgeois en el Panteón de París, el 14 de octubre de 2017. Video: Tony Whitfield. Música: 'Metamorphosis Two' de Philip Glass (fragmento).
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RESILIENCIA, por Alejandro Ariel (aa) y Guillermo A Pragana (gap)
aa: Te envié un video. ¿Qué te sugiere?
gap: Gozar de la suspensión, en el proceso trayectoria-caída-rebote, es condición necesaria para jugar el juego hasta el final. Si no, en algún punto, lo que se suspende es el juego mismo, lográndose así el sosiego de la estabilidad de la piedra.
aa: ¿Es posible la suspensión, o solo es una relación entre caída y rebote? ¿El final es final? ¿El sosiego de la piedra... es final? ¿Qué es el final? ¿Lo hay?
gap: En la dimensión subjetiva, la suspensión se da en el instante, inmediatamente anterior al rebote, en que la caída se detiende por la presencia de un cimiento desconocido hasta entonces. Pero, en tal dimensión, el rebote no necesariamente se da de inmediato. Es más, ¡puede haber una petrificación de la suspensión! La que, por caso, encontramos en la yermidad del eremita. Desde este punto de vista, lo pétreo es la detención del ciclo trayectoria-caída-rebote, simbolizado aquí por los participantes que se bajan del juego, pareciendo desaparecer al metamorfosearse en estatua. Entonces, mientras persevera, lo pétreo implica la suspensión del juego, incluso su aparente final; una suerte de muerte en vida del juego. En cambio, llevar el juego hasta el final conlleva, en cierto sentido, su muerte; sucede que, tal final, ocasiona la apertura de una nueva dimensión, dando paso a un juego en otro nivel. El nivel del "juego de los juegos": la meditación (theorein).
aa: Somos NADA+DESEO.
Las tragedias revelan la Nada que
somos.
Lo trágico revela el Deseo.
Lo cómico revela la ecuación irrisoria.
gap: ¡Sí! En este contexto, la Nada como el Espacio en que habita la suspensión, que solo puede revelarse luego de la caída inherente a la tragedia. Y el Deseo, con su estructura trágica, como el Tiempo que ocasiona el ciclo trayectoria-caída-rebote. Y, un vez reiterado el trágico ciclo, lo cómico como el reconocimiento de la impostura de la pretensión de eternidad del Deseo que somos, ante la atemporalidad de la Nada (que también somos).
aa: Así es. El Deseo no es eterno... ¡es indestructible!